viernes, 12 de octubre de 2012


PEPOTILANDIA Y LAS PALMERAS DE LOS BARRIOS



En los planes provinciales de obras y servicios de la Diputación de Cádiz habíamos incluido por necesidad imperiosa la red de saneamiento local, fundamentalmente la de pluviales. Llevábamos años de inundaciones y la red necesitaba una reforma en profundidad Desde la avenida de Andalucía, hoy Dña Rosa, las riadas eran tan fuertes que levantaban los usillos dy hierro, como si de papel se tratase, y ya en la comarcal 440 en la intersección con Juan Rodríguez el volumen de las mismas era tal que en las calles adyacentes Picasso y la Vega Maldonado el agua subía mas de un metro. El cuartel de la Guardia Civil era el protagonista estos días de Otoño de la famosa gota fría. Eran los primeros en inundarse.
Nos enteramos que en los ensayos de puesta en marcha de la central térmica, los tubos que la empresa Dragados había construido para la refrigeración del generador, no daban un resultado satisfactorio y que la empresa tenía que sustituirlos por otros que correspondieran a las exigencias del proyecto. Al enterarnos que un grupo de chatarreros iban a destruirlos para extraerles el hierro, el ayuntamiento los compró porque según los técnicos eran perfectos para solucionar el problema de la red de pluviales. Efectivamente con tres metros de largo por tres de diámetro de dimensión acabaríamos para siempre con las inundaciones en el casco de la población. Al comprarlos a bajo coste aprovecharíamos los beneficios para construir el parque que habíamos diseñado con el suelo obtenido del aprovechamiento medio de la urbanización Cortijo Grande. Las obras se realizaron y un buen día el alcalde Miguel Domínguez me abordó con una pregunta “Pepote ¿qué podemos hacer con varios tubos que han sobrado “ Le contesté que debíamos colocarlos en el parque al igual que habíamos hecho con las palmeras, que podíamos construir una zona de juegos y en medio de ella situar un tren .Allí mismo le dibujé los vagones con una serie de juegos infantiles y el último de ellos con la cabeza de Pluto saliéndole toboganes de la cabeza a modo de orejas y lengua En la reunión de grupo de concejales que mantuvimos días después Miguel me pidió que contase la idea de los tubos. Al acabar la exposición Marcos con su tono irónico y sarcástico .dijo:”Bueno otra de las tuyas, vamos a construir Pepotilandia”Y los técnicos prepararon el anteproyecto de ejecución y comenzaron las obras.
Mi compañero Alfonso López Almagro había puesto en marcha en la Diputación un plan provincial de arbolado urbano, tenía consignación presupuestaria y contemplaba dotar a los municipios de la provincia de árboles ornamentales para el embellecimiento de sus calles, parques etc. Ese plan había sido fruto de las jornadas de educación medioambiental que ambos habíamos realizado. Cuando le propuse a Miguel Domínguez que lo solicitara me dijo: ”Pepote nosotros podemos proporcionar palmeras suficiente para inundar toda la provincia”. Le acepté el envite y lo propuse en la comisión provincial .El plan era perfecto, con lo presupuestado la Diputación duplicaba el número de árboles y el ayuntamiento de Los Barrios se encargaba de la distribución con medios propios .Salimos hasta en los Carnavales. Juan Ros el jardinero municipal se dedicaba a escayolar las necesarias y se ponía en contacto con los municipios para ver las zonas idóneas donde plantarlas . Pero ¿de donde sacaba el ayuntamiento tantas palmeras ? El resultado fue redondo, el ayuntamiento las había comprado en el municipio de La Linea en la zona del Zabal por menos de lo presupuestado por la Diputación y los beneficios obtenidos en la operación los invertimos en aumentar la variedad de árboles que hoy podéis contemplar en ese hermoso parque.
Entre palmeras situamos el tren “subiendo” la cuesta abriendo Los Barrios a la Bahía, era significativo, el inicio al desarrollo. Años más tarde cambiaríamos un rulo antiguo que tiraba del tren por una máquina de vapor auténtica, la que en los años cincuenta hacía el recorrido Algeciras-Ronda. Fuimos a por ella a Guadix, Miguel Domínguez con los técnicos Antonio Olid , Jesús Salazar, y yo. Nos enteramos de que iba a ser desguazada por unos chatarreros y la compramos a un buen precio. En el lote entraban la máquina el carbonero y un vagón que habían hecho años antes la película “El Imperio del Sol”: todavía podían verse caracteres chinos adornándolo . Llevarla a Los Barrios fue una auténtica odisea, los camiones que la transportaban rompieron las ruedas que hubo que cambiar en el camino y al llegar a los almacenes municipales del ayuntamiento y bajarla, abrió un socavón en el suelo hundiéndose más de un metro. Se necesitaron dos grúas para elevarla y tuvimos que situarla en plena calle para su restauración. De Guadix nos trajimos al maquinista que la había gobernado durante más de treinta años y se comprometió en el plazo de dos meses a restaurarla para dejarla con su aspecto original. Comenzó haciendo una cama de leña para que ardiera por completo y se le desprendiera así la pintura. Con los trabajadores municipales que le ayudaron en esta tarea al cabo del plazo establecido estaba como nueva, no obstante el maquinista se instaló un tiempo más en Los Barrios sin ninguna prisa hasta que pusimos su máquina y los vagones en la cabecera del tren. Con el levante y combustible dentro de la caldera encendimos la máquina que humeaba por su chimenea hasta la cola del tren. La foto instantánea y la imaginación consiguieron el resto. El “tren” de Los Barrios se puso en marcha haciéndose eco todos los medios de comunicación de la Comarca. Aún me sonrío al recordar las palabras de Marcos. Para mí es un orgullo que sea quizá uno de los parques municipales más peculiares. Tal vez lo que falte sea conocer la historia que estoy narrando...Pepotilandia.
José Antonio del Real
Octubre 2004




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