LA
MARISMA DEL PALMONES
Hacía casi diez años
que no paseaba por sus calles, llamé a Pepe Calvo para tomar un café
y recordar su gestión como concejal sobre todo en lo referente a
Palmones y a su fijación por el río. Él estaba convencido de que
los mariscadores de almejas de la marisma podrían vivir de ella
porque los recursos naturales del río lo permitían y lo que
necesitaban eran ayudas y ordenación para evitar su degradación.
Entonces nadie hablaba de desarrollo sostenible.
Recordamos juntos como
desarrolló su trabajo y como comenzó su labor cuando en la Feria de
Muestras de Los Barrios PEMARES la llenó de bateas con grandes
cantidades y variedades de peces y que cuando le presenté a su
director Pepe Naranjo, que había acudido a ella por mediación de
Agustín Cadenas, comenzó a convencerle para que se realizara un
estudio sobre la almeja del río Palmones y sobre las posibilidades
que existían de que los pescadores pudieran vivir de los recursos
de su desembocadura.
Nos enteramos que se había realizado un estudio en el río Piedra en Huelva, que se estaban realizando plantaciones de semillas de almejas y que existían estudios avanzados en algunos pueblos de la provincia de Cádiz, y que todo ello estaba realizándose de modo experimental desde la Dirección General de Pesca. En Sevilla a los pocos días en el Edificio Sevilla II con el director general de pesca Fernando González Vila nos sentábamos Agustín, Pepe y yo para convencerle de que visitara Palmones y que se hiciera un estudio sobre sus posibilidades. Fernando a su vez nos indicó que desde el Ayuntamiento deberíamos solicitar la concesión administrativa del río puesto que al lindar con Algeciras podríamos tener algunas dificultades y que comenzáramos una ronda de conversaciones con los pescadores sobre el ordenamiento, capturas máximas, parcelación con acotados de veda, regulación de buzos, trasmallos, vigilancia, guardería , etc.

Nos prometió que si ello se llevaba a cabo la
Consejería de Pesca estaría por la labor. Así fue, Pepe convenció
a los pescadores y la Junta envió a los técnicos de PEMARES para
determinar la zona que debía ser acotada. Nosotros a su vez
solicitamos la participación de las Facultades de Biología de las
Universidades de Sevilla y Málaga y, si no recuerdo mal, fueron
quinientos kilos de semillas de almejas los que se plantaron. Una
operación parecida se tenía en estudio realizar en la desembocadura
del río Barbate. Los resultados fueron sorprendentes, la almeja de
Palmones alcanzó en seis meses un tamaño comercial , lo que en
otras zonas tardaría en desarrollarse más de un año. La
experiencia fue todo un éxito y se comenzó la pesca estableciéndose
un cupo máximo de cinco kilos mariscador por día con rastro, y
veinte kilos diarios a buzos. Los resultados económicos eran buenos
y se empezaba a demostrar que se podía vivir del río. La
iniciativa de constituir una cooperativa fracasó, no obstante los
pescadores comenzaron a demandar infraestructuras, así que pensamos
en construir un edificio que albergara la lonja, depuradoras,
departamentos para guardar los rastros, rampa para limpieza de
embarcaciones, etc. A través de las obras del Plan de Empleo Rural
del Convenio Diputación-Ayuntamiento, conseguimos realizar la obra
civil. La inauguramos y desde luego que funcionó, en ella se
realizaría la subasta del pescado proveniente de Agadir (Marruecos)
que empresas asturianas transportaban vía terrestre; se envasarían
las doradas de PISBARCA, hoy Ceuta Mar, y allí trabajarían ocho
mujeres y tres hombres en su embalaje para su distribución por
Europa y se instalaría años más tarde la depuradora de moluscos y
mariscos, saliendo éstos con su certificado de depuración. Se
realizó una experiencia de trabajo para ver la posibilidad de criar
ostras en el río y se instaló una batea con ejemplares de la ostra
“jiga” u ostra francesa que, a pesar de dar buenos resultados de
contaminación, fracasaría debido al movimiento del rastro de los
mariscadores cuyas turbulencias las enterraban llenándolas de fango.
Se quiso continuar con el asentamiento de arrecifes artificiales,
concretamente “ castilletes de crianza”, queríamos convertir la
desembocadura en un auténtico criadero de peces, que casi
conseguimos de no ser por la intervención de un alto cargo político
muy cercano al Presidente del Gobierno, Felipe González, que
determinó que fueran estos a Conil.
Todas estas gestiones
fueron desarrolladas por el concejal Miguel Sánchez, como me
comentaba Pepe Calvo: “ en mi etapa lo único que yo inauguré fue
el edificio multiuso”, sin embargo hay que decir merecidamente que
Pepe sentó las bases para el desarrollo de las actividades
pesqueras. Miguel merecerá capítulo aparte no solo por su gestión
y trabajo incansable, sino por ser pieza muy importante en los deseos
de independencia de Palmones. También quiero destacar al biólogo
Eduardo Briones que realizó una labor brillante no solo de despacho,
sino “in situ” con los pescadores, a pie de lonja, con
empresarios, políticos, y sus continuas gestiones con PEMARES.
“Pepote, poco queda
hoy de tanto esfuerzo” me comentaba Pepe algo desolado. Sin embargo
hoy existen naves en Palmones donde se sigue subastando el pescado,
la empresa Ceuta Mar sigue funcionando en otros locales, el
Ayuntamiento renueva la concesión administrativa del río Palmones
cada diez años, acaba de hacerlo recientemente, y dota de los
consiguientes permisos a mariscadores de almejas y a pescadores de
anguilas, el edificio de la lonja, aunque ya no funciona como tal,
alberga aún la depuradora que sigue funcionando y Eduardo Briones
sigue en el Ayuntamiento trabajando en recursos naturales. Y además
Pepe: nosotros estamos orgullosos de lo que hicimos, ¿o no ?. JOSE
ANTONIO DEL REAL octubre 2004
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