sábado, 3 de noviembre de 2012


LA QUIEBRA 


No todo fueron parabienes en la Corporación del 83 al 87. Las luchas internas fueron feroces y se generalizaron conflictos por toda la provincia. Los comités provinciales eran hervideros y en las asambleas locales de los pueblos de la provincia el aire cortaba. Este ambiente se trasladó a las instituciones Diputación y Ayuntamientos y el partido se dividió en grupos y rápidamente se etiquetaban: la “casa de Alcalá“, los “varguitas”, los “guerristas”, entre otros.
El Comité Coordinador Comarcal del Campo de Gibraltar se formó en una asamblea constituyente en San Martín del Tesorillo con los miembros que habían sido elegidos en las asambleas locales socialistas de los pueblos de la Comarca. En Los Barrios a Ramón Santos le presentamos una lista alternativa, la habíamos preparado concienzudamente y dio como resultado su derrota, y con ello la no representación de él y sus seguidores, Alonso Rojas y Diego Melgar entre otros. En San Martín del Tesorillo en un último intento, Ramón trató de hablar pero no se le permitió por no ser compromisario. Esto nunca lo perdonó. Días más tarde en Los Barrios en la elección del nuevo comité local Ramón nos la devolvía y cuando pensábamos que con el censo de militantes le volveríamos a ganar presentó en la constitución de la mesa una lista de afiliados que no aparecían en el censo local y sí tenían la entrada en el Partido por Madrid a través de la Comisión Ejecutiva Federal. La Asamblea no se ponía en marcha, no se constituía la mesa y en el fragor de los debates Ramón abandonó el Partido con sus seguidores, quedándonos el resto de los militantes con Juan Luis Cabilla, Secretario de Organización de la Comisión Ejecutiva Provincial, que nos convenció a ambos para continuar con la asamblea para la elección del Secretario General de Los Barrios. Se presentaron dos listas, una encabezada por Ramón Santos y la nuestra que la encabezaba Juan Montedeoca. El resultado final fue que ganó Ramón por un solo voto de diferencia lo que Luis Pizarro tildaría como una “victoria pírrica”. Yo presenté una reclamación ante la Ejecutiva Provincial respaldada el 50% de los militantes que finalmente no prosperó. En definitiva la lucha interna estaba servida y comenzaba la quiebra mayor que habíamos conocido.
En el Ayuntamiento Miguel seguía forzando la máquina con su estilo propio y ganándose cada vez más enemigos. El alcalde mantenía en el más absoluto secreto la elaboración del Plan General de Ordenación Urbana que dirigía el abogado Fernández del Villar, incluso para la propia corporación. El argumento de Miguel era siempre el mismo: “ de este modo evitamos la especulación”.Esto provocaba no pocos recelos de los concejales que crispados no dudaban en arremeter contra Miguel , que amenazaba siempre con dimitir cuando la situación llegaba al límite. El Plan potenciaba los convenios urbanísticos lo que posibilitaba el aumento del escaso suelo municipal y las negociaciones con los promotores. Ramón, desde la Secretaría Local del Partido, reprochaba que los concejales éramos marionetas en manos de un alcalde dictatorial. Al final la oposición se creó dentro del propio equipo de concejales socialistas y especulábamos sobre el control que se ejercía desde la dirección del Plan .El malestar se trasladó a la calle, donde se empezó a especular sobre las relaciones entre la empresa Carmín y el propio Alcalde .De hecho tuvimos que aguantar algún que otro carnaval con letras insidiosas al respecto. Por aquel entonces Miguel accedía a nivel provincial a la presidencia de la Caja de Ahorros de Jerez dejando un vacío de poder en el Ayuntamiento de Los Barrios a pesar de que no dejaba de visitar el consistorio a diario. Juan Benítez fue el encargado de llenar este vacío haciendo el trabajo del día a día pero sin tener la autoridad para tomar decisiones, por lo que se crearon divergencias entre ambos, que se agravarían años más tarde por la dedicación que le exigió a Miguel la fusión de las cajas. Una vez le aconsejé a Miguel que dejara el Ayuntamiento y se dedicara a la Caja de manera exclusiva, a lo que él me respondió : “Pepote, yo no estoy en la política por dinero”.
En medio de esta tormenta, la creación de la Mancomunidad de Municipios de la Comarca del Campo de Gibraltar agravará aún más la situación ya de por sí complicada. De hecho concejales de Los Barrios se oponen frontalmente a ella. Juan Benítez y Juan Montedeoca entre otros eran firmes opositores y amenazaban con votar en contra de la constitución de la institución comarcal en el Pleno. Otros en cambio pensaban que la Mancomunidad beneficiaría al Ayuntamiento de La Línea en detrimento de los ayuntamientos “ricos “ como San Roque y Los Barrios. Yo me encontraba entre los que pensaban que el Plan de Comarcalización que había puesto en marcha la Junta de Andalucía bajo la presidencia de Rafael Escuredo daba al Campo de Gibraltar la oportunidad de ser la primera experiencia piloto en la creación de una Mancomunidad. De esta manera acercaríamos los servicios que se prestaban desde Diputación al Campo de Gibraltar con su propio ente de gestión.
Todavía recuerdo al Secretario de Organización Comarcal, Pepín Galiardo, con su bastón en el Pleno del Ayuntamiento de Los Barrios haciendo de “notario” enviado por el Partido que no se fiaba de que sus concejales votaran a favor de la creación de la Mancomunidad como se les había mandatado. Para algunos un auténtico comisario político.
JOSÉ ANTONIO DEL REAL Noviembre de 2004


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